A continuación se muestra un video cuyo contenido no sorprendería en absoluto a muchos observadores internacionales y que, sin embargo, ha tenido un impacto relativamente importante sobre la sociedad israelí; aunque solo sea temporal o anecdótico.
Estamos hablando de Assaf Harel, un cómico israelí que hace pocos despedía su “late night show” – Good Night en ‘Channel 10’ – con un monólogo casi demoledor. Y digo ‘casi’ demoledor por dos motivos.
Primero, el argumento central del monólogo es algo que se viene diciendo durante las últimas décadas: el estado israelí aplica un extensivo sistema de apartheid sobre Palestina. El segundo motivo, quizás el más problemático, es que el argumentario de Assaf Harel es el mismo que el de un sionista liberal. Es decir, en principio el cómico israelí es partidario de una solucion “dos-estados” por aquello del coste humano y financiero que la ocupación supone para los soldados y el herario israelí respectivamente. Esto último es quizás un táctica para intentar ganar adeptos, pero ya se ha visto en multitud de ocasiones que el sionismo liberal también acaba en un callejón sin salida: subyugando la liberación de Palestina a los intereses israelíes.
A pesar de todo, lo novedoso del asunto es algo tan simple como que un israelí ha reconocido públicamente un sistema de apartheid y ocupación sobre Palestina. Es cierto que el programa no contaba con una gran audiencia y por tanto no fue renovado. Pero las hemerotecas y redes sociales siguen aquí.
Hay que recordar que en la sociedad israelí, quienes usan los términos “apartheid” y “ocupación” son la minoría de la minoría, y no es que sean de agrado para los grandes medios. Estos vocablos en ocasiones surgen cuando hay un “internacional” entre un grupo de israelíes, que escuchan atónitos y pesadumbrados cómo destruyen la narrativa de la democracia sionista. Finalmente Assaf también reconoce, aunque de manera indirecta, que la resistencia palestina – en este caso las Intifadas – fueron las que dotaron de cierto capital político a las facciones palestinas para negociar los Acuerdos de Oslo; independientemente del resultado de dicha negociación.
Assaf Harel se convierte por tanto en una especie de quinta columna que intenta salvar a la sociedad israelí de la locura sionista. La intención es buena, el análisis debatible. Assaf podría haber intentado cantar un ‘bingo’ si hubiera incluído el término “genocidio”, pero tampoco queríamos hacer fibrilar al paciente… ¿O sí?
Fuente: Disparamag.