Mahmud Darwish sobre Maradona: «No encontrarán en sus venas sangre, sino combustible para cohetes».

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Al finalizar el Mundial de Fútbol de 1986, el poeta palestino Mahmud Darwish –fallecido en 2008- dedicó este artículo a Diego Armando Maradona, por entonces capitán de la selección argentina que ganó la Copa en aquel Mundial. Este artículo fue publicado en la revista “Al-Yaum Al-Sábia”, y posteriormente el escritor Hassan Khadr lo incluyó en un libro de antologías de prosa. En los últimos días, con motivo del fallecimiento de Diego Maradona, este texto fue reproducido en muchos medios árabes. En honor a Maradona y a Darwish, tradujimos esta maravilla al “argentino”.

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No encontrarán en sus venas sangre, sino combustible para cohetes

-Maradona a los ojos de Mahmud Darwish-

1- ¿Qué hiciste con las horas, en qué transformaste las fechas agendadas?

¿Qué hacemos después que Maradona regrese a su familia en la Argentina?

¿Con quién compartiremos el desvelo, después de haber dejado en suspenso la tranquilidad del corazón, y su temor, por sus pies milagrosos?

¿Con quién humanizar y apasionarnos, después de la adicción de un mes que nos convirtió de espectadores en amantes?

¿Para quién elevaremos gritos de fervor, placer y alfileres en la sangre, después de encontrar en él a nuestro héroe buscado, encender en nosotros la sed anhelante de un Héroe… un héroe al que aplaudimos, oramos por su victoria, nos colgamos un amuleto y tememos por él -y nuestras esperanzas- a la derrota?

Oh, Maradona! ¿Qué hiciste con las horas? ¿En qué transformaste las fechas agendadas?

2- Recordaremos para desvelarnos más

El vacío de las noches se nos adelanta como un tambor de hierro, pues no esperamos a nadie. Nos arrastraremos con pasos macizos hacia a la burocracia del espíritu y el tiempo, y obligados a aceptar otras fechas, recobraremos la charlatanería cotidiana sobre el clima, el racismo y las guerras civiles…

Y recordaremos, para desvelarnos más, una era de oro en la que vivimos:

La era en la que Maradona fue huésped de nuestro anhelo y nos arrancó de todo para estar desocupados cuando nos tocara el ritual: el amor a Maradona, que rodeó sus pies de un cosmos de piedad y saltando sobre la pantalla deshizo el macizo cerco alemán, conteniendo el aire en la tensión de sus músculos, y nuestra sátira al árbitro brasileño que rompió el corazón de Maradona, como rompe un hombre de grosero corazón el corazón de un niño inocente… sólo por tener celos de la genialidad de la infancia.

3- Se escabulle como la voz

Tiene cara de niño, cara de ángel,

El cuerpo de la pelota,

Corazón de león,

Pies de gacela gigante,

Y nuestras aclamaciones: Maradona… Maradona, nos fluye su nombre sudando.

Y arranca la pelota, como un diestro gato de pueblo de las patas de una mula. Engaña como un zorro provisto de la fuerza de un toro y salta como un lince sobre el enorme arquero convertido en conejo: ¡Goool!

Maradona se persigna, besa la tierra. Se levanta. Lo cercan. Se escabulle como la voz. Atrapa la pelota. Los cerca. Pasa la pelota, como envuelta para regalo, a los pies de un compañero que lo ayudó a abrir el castillo de la defensa, y el hábil compañero apunta a la distancia y a la multitud, Maradona aplaude de dolor.

Si él no embocara, moriría la Argentina en llanto. Si no acertara, levantaría la Argentina un monumento a su deshonra en las Malvinas. El sentimiento nacional dejaría de bailar y la arrogante Inglaterra ganaría la guerra dos veces.

Pero Maradona avanza con la pelota haciendo retroceder a la potencia. Maradona le devuelve las Islas a la Argentina. Y le hace saber al Imperio Británico que vive de las alegrías del pasado… el pasado remoto.

4- ¿Qué es esta magia colectiva?

¿Qué es el fútbol este? ¿Qué es esta magia colectiva cuyo misterio tan común nadie ha descifrado? Maradona no interroga a su instinto. El brasileño Sócrates es el pensador ocupado en cavilaciones metafísicas sobre el tiro de esquina. Y Zico persigue la pesadilla del penal, que salió volando del estadio, y Brasil salió volando de su sueño. Platini mejora las condiciones de su retiro. El pillo Pelé esmerándose en disimular el gustazo de afligir a los reyes depuestos. Pero Maradona sabe una sola cosa, que el fútbol es su vida, su gente, su sueño, su patria y… su universo.

Desde su infancia pobre en su casilla de chapa, aprendió a caminar sobre la pelota. Envolvió una madeja de hilo alrededor de una lata y jugó. Acaso la pelota es la que le enseñó a caminar.

Caminó por ella. Caminó para perseguirla. Caminó para jugar con ella. Caminó para dominarla.

Y giró su infancia en torno a la pelota de hilo, hasta que su padre sacrificó su salario del mes para comprarle una pelota de verdad. Y se lanzó… a ser el más joven jugador de la selección argentina. Y así, Maradona, el niño milagroso, se elevó desde la más pobre villa al más amplio de los horizontes, Emperador sobre el Fútbol.

No prestó atención en su juventud por las pantallas de cine y televisión. Pero ocupó la pantalla -para ser mirado por más de dos mil millones de personas, como buscan los ojos una estrella en el cielo- con sus pies. Lo elevó la pelota y se encumbró con ella, hasta las más elevadas alturas de la palabra.

5- El sufrimiento del arquero y el penal

Maradona es la estrella con la que no compite ninguna otra. Fue entrampado tanto como entrampó, él, al fútbol -“pelota de pié”- convirtiéndolo en “pelota de su pié”. Los astros del fútbol se alejan de su zona de gravedad para quedarse fascinados por lo que ven, para verlo desde todos los ángulos, para deslumbrarse ante el milagro de la creación, para rezar al Creador y al creado, para celebrar haber sido privados de lo que logra otro, para cantar, con gratitud, himnos de alabanza a quien los hizo caer en derrota:

¡Qué feliz es quien ha sido derrotado por los pies de Maradona!

Este pie, el pie de Maradona, junto al mitológico talón de Aquiles… son los dos pies más famosos de la historia de las leyendas.

Entonces, ¿por qué escondemos la pregunta reprimida, que enciende dentro de nosotros esta hermosa locura, la locura que el fútbol propaga, como el contagio, en millones de personas: por qué el fútbol no es tema de arte y literatura? Repito: ¿Por qué el fútbol no es tema de arte y literatura?

¿Y por qué la literatura no se ocupa de esta pólvora emocional, que enciende a millones en su relación con la escena convirtiéndola en escena dramática? Entonces: ¿Hay más tormento y brutalidad más cruda que un arquero y su crueldad cósmica ante un penal?

Y: ¿Existe una presión psicológica más pesada que la de estar delicadamente sobre la cuerda del éxito o el fracaso y controlar el destino moral de la nación, cuando un goleador habilidoso se pone de pie para ejecutar el penal?

¿No son estos momentos más crueles, delgados y explosivos de emoción individual y colectiva que los momentos que enfrenta el ‘jugador’ de Dostoievski, por ejemplo?

6- Guerra de interpretaciones

¿Qué es este fútbol?

Es algo así como un conflicto de interpretaciones y un teatro realista para ajustar el equilibrio de poder, o mantenerlo, para crear otro nivel de la realidad o para estabilizarlo. Es una especie de juego de reconformación, reconfiguración del mundo sobre bases distintas y con diferentes méritos.

Una guerra mundial en la que la imaginación de los pueblos juega su rol presente o ausente. Nadie queda solamente observando la carrera de los cuerpos, la habilidad, la inteligencia, expresando la naturaleza de las naciones en el ataque y la defensa, en la violencia y la danza, en forma individual y colectiva. Todo el mundo se involucra.

Quizás los espectadores son los jugadores más entusiastas porque empujan su historia espiritual, interpretaciones y deseos de compensación hacia la cancha, para elevar el juego al nivel de una expresión representativa imaginada, del espíritu de la nación y su necesidad de superar al otro. Es el patriotismo explosivo. El chispazo de la elocuencia de las vísceras en su relación con el otro. Es la libertad de la elocuencia disponible para los privados de elocuencia en el contexto de la política, el sexo o el color.

Es una explosión de una libertad de expresión sobre una libertad ausente, o de una soberanía que busca mantener su soberanía. A veces es una especie de conflicto social y otras veces es la unidad de las fuerzas sociales internas en su lucha nacional con el exterior.

Es lo que está disponible para expresarse, desahogarse y manifestarse contra la opresión en la que el árbitro, o el entrenador, se convierte en símbolo de un gobernante injusto, o un poder judicial injusto cuando el juicio de la derrota toma la forma de un juicio contra la autoridad, o cuando la victoria toma la forma de la evidencia de que el espíritu del pueblo y su unidad son los que triunfan y que no cargan con la responsabilidad de una derrota militar que no es inevitable.

A veces, el juego toma el significado de venganza o compensación colectiva por el desequilibrio de fuerzas entre países grandes y pequeños. En resumen, representa lo que queda de un consenso en torno a una idea, un fervor, una potencia o una meta.

Es una guerra de interpretaciones y una de sus manifestaciones es la repentina unidad europea respecto a Alemania en el partido final, que tomó la forma del conflicto europeo-latinoamericano, mientras que el «Tercer Mundo» no expresó su unidad.

Este significado puede tener el sesgo del árbitro brasileño, el intermediario saqueado, que hizo enormes esfuerzos para obtener la «inocencia» europea ante una posible acusación ¡porque se mide la honestidad según el criterio europeo! haciendo la vista gorda ante las brutales infracciones alemanas y castigó a Maradona con excesiva crueldad, recordándonos que el Tercer Mundo no se une por sí mismo, sino que unifica sus despojos ante el amo. Busca su otro modelo, halagando su «Occidente» y no le gusta que ninguna de sus partes lo iguale sin derrota.

7- El rey insensato no puede detener las olas del mar

Pero Maradona, instalándose en nosotros, alivió el sometimiento a estas interpretaciones hacia una dimensión más lejana. Elevó el fútbol al nivel de la abstracción musical transparente, a la pureza absoluta.

No estimuló en nosotros el sentimiento nacional, ya que no es uno de nosotros. Ni estimuló en nosotros la unidad solidaria con el Tercer Mundo representado por Argentina, que no quiere esta pertenencia y continúa sometida a la pesada deuda y la desigualdad, pero sí estimuló en nosotros el sentido de autodefensa ante la irrupción de actitudes racistas occidentales, incluidos los comentarios en la televisión francesa.

Maradona jugó para jugar. Y convirtió el fútbol en una canción bailable. Una mezcla de samba brasileña y tango argentino.

No es posible detenerlo, así como un rey insensato no puede detener las olas del mar. Así dicen los expertos del deporte, quienes encontraron en la referencia poética el único lenguaje capaz de describir a este demonio angelical, creador de oportunidades, hábil carterista, presente en todas partes, que transformó los estadios mexicanos en su propio parque.

El Mundial es Maradona. Fuerte como un toro. Veloz como un misil.

Entra a la cancha como si estuviera entrando a una iglesia. Tamiza los defensores y golea. La estrella de esta era. No encontrarán los médicos sangre en sus venas, encontrarán combustible para cohetes. Pasa, como el aire, por los espacios más estrechos. El coronado Rey de la Pelota, dijo:

«Hice el primer gol contra los ingleses, con la cabeza de Maradona y la mano de Dios».

8- Maradona, mi héroe…

Maradona, mi héroe, ¿a dónde vamos esta noche?

Maradona, ayuda a tus padres, ayudanos a soportar esta vida y ayuda a esta era a salir del aburrimiento para que entre en la nostalgia el heroísmo individual.

Maradona ¿Cuándo quitas tu nombre de nuestros labios para que podamos volver a leer a Hegel y a Nietzsche?

¡Maradona, Maradona, Maradona!

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Autor: Mahmud Darwish, 1986

Traducción: Bea Esseddín; Revisión: Khaldoun Al Massri.

Fuente: Bea Essedin.

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