
Por Claudio Mandler.
El candidato presidencial Daniel Jadue aspira a una sociedad más justa en Chile y a la justicia para los palestinos. Pero los dirigentes de la comunidad judía lo tachan falsamente de antisemita, al igual que hicieron con Salvador Allende
No es de extrañar que las instituciones que equiparan toda crítica a las políticas israelíes con el antisemitismo estén tachando de antisemita a Daniel Jadue, el candidato de izquierdas a la presidencia de Chile que forma parte de la comunidad palestina del país. Es una acusación común contra los políticos que critican a Israel en muchos lugares del mundo.
Por lo tanto, la afirmación de que Jadue expresaba opiniones antisemitas debido a su origen palestino y a sus puntos de vista pro-palestinos, como se sugiere en un reciente artículo de Haaretz (A Grandson of Palestinian Immigrants Could Be Chile’s Next President, and These Jews Are Worried) era predecible, al igual que el hecho de que el Centro Simon Wiesenthal lo nombrara en su lista de los 10 principales antisemitas mundiales para 2020, un ejercicio de deslegitimación. Pero a pesar de ser esperada, esta afirmación, la línea oficial de la dirigencia de la comunidad judía en Chile no puede quedar en pie sin ser cuestionada. Eso tiene que empezar por pedir a los líderes de la comunidad judía de Chile que justifiquen la calumnia de antisemitismo, y preguntar si esta es realmente su verdadera objeción a la candidatura de Jadue.
Exteriormente, en lo que respecta a Israel-Palestina, la dirección de la comunidad judía de Chile se presenta como «propaz». Ha pedido repetidamente a la gran comunidad palestina local que no «importe» el conflicto israelí-palestino a Chile. Pero esos mismos líderes de la comunidad judía no sintieron ningún reparo en «importar» el conflicto cuando fue de los primeros en felicitar públicamente al presidente Trump cuando desafió los derechos de los palestinos y palestinas y trasladó la embajada de Estados Unidos a Jerusalén.
La comunidad judía de Chile se considera sionista, hasta el punto de declarar que no hay judíos y judías que no sean sionistas. La interpretación del sionismo por parte de la comunidad se traduce en una voluntad infinita de justificar o «aclarar» cualquier noticia sobre Israel: Cualquier crítica de los judíos hacia las políticas israelíes en general, y las de los territorios ocupados en particular, es tachada de «auto-odio judío».
No es la primera vez que la comunidad judía institucional de Chile expresa su animadversión hacia un líder destacado de la izquierda. Salvador Allende, el presidente socialista de Chile entre 1970 y 1973, también fue tachado de antisemita. Al igual que con Jadue, los dirigentes de la comunidad judía de Chile hablaron de antisemitismo en lugar de abordar su oposición más fundamental a las políticas económicas de la izquierda.
Muchas familias judías «huyeron» de Chile tras su llegada a la presidencia, asustadas por los «horrores del comunismo». Pero el único horror llegó el 11 de septiembre de 1973, cuando Allende fue derrocado por un sangriento golpe cívico-militar, que instauró la dictadura de Pinochet de 17 años, matando, torturando y exiliando a miles de personas.
Formo parte de un orgulloso grupo de judíos de la izquierda chilena que se identifica con las luchas sociales y políticas que representa la candidatura de Daniel Jadue. Estamos convencidos de que los ataques contra él y las acusaciones de mala fe en su contra están alimentados por la oposición a sus políticas y económicas, bajo el disfraz de la preocupación por los judíos chilenos.
Nos alegramos de que por fin Chile deje atrás la época oscura de la dictadura de Pinochet. Nos alegramos de que, a más de 30 años del fin del régimen autoritario, Chile vaya a redactar una nueva Constitución para consagrar en la ley los derechos humanos y civiles del pueblo chileno, de acuerdo con los resultados de un referéndum celebrado hace varios meses.
Nos anima el programa presidencial que Jadue presentó la semana pasada, como primer acto de su candidatura: un Chile diverso, inclusivo, sin discriminación de ningún tipo.
Daniel Jadue aspira a una sociedad más justa, a un Chile mejor para todos los chilenos y chilenas. Como judíos y judías, como chilenos y chilenas, estamos muy orgullosos de apoyarlo como nuestro candidato.
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Claudio Mandler nació en Chile, creció en Jerusalén, sirvió en la brigada de infantería Nahal de las FDI y regresó a Chile como emisario del movimiento Hashomer Hatzair en 2005. Es guía turístico y editor audiovisual y codirigió «Los caminos de la ausencia», un documental sobre la dictadura militar y los derechos humanos en Chile.
Traducción Adriana Goñi.
Artículo original en inglés: Chile’s Jewish Leaders are using antisemitism to bash a pro-Palestinian Leftist. Again
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