Por Tali Feld Gleiser.
El recrudecimiento de la ocupación israelí de Palestina a través de la represión al pueblo palestino y la embestida diplomática mundial solo muestra que las acciones en defensa de los derechos humanos del pueblo palestino: su autodeterminación, el derecho al retorno de los refugiados, el derecho a tener derecho a una vida en paz con justicia, etc. están teniendo su impacto en la psiquis sionista.
Además de, claro, cumplir con los preceptos de la doctrina colonialista sionista de poseer un Estado judío racista y supremacista, donde la población nativa, es decir, el pueblo palestino, debe ser expulsado, transferido, invisibilizado y anulado a como dé lugar. El año pasado se legalizaron las ejecuciones sumarias que ocurren desde siempre para combatir a los palestinos, niños o adolescentes en su mayoría que tiran piedras para defenderse de tanques y armas sofisticadas.
A los palestinos que viven en la Palestina del 48, lo que hoy se conoce como Israel, se los discrimina. Existen unas cincuenta leyes que confirman que son considerados ciudadanos de cuarta categoría. Ellas han sido «promulgadas desde 1948 y discriminan, directa o indirectamente, a los ciudadanos palestinos de Israel en todas las áreas de la vida” [1].
Una encuesta reciente llevada a cabo por la radio del ejército israelí se les preguntó a ciudadanos judíos si pensaban que los ciudadanos árabes (los israelíes en general no dicen que son palestinos) deberían tener derechos iguales, aunque no se describen cuáles son esos derechos. Ni un palestino israelí fue preguntado sobre si consideraban que ellos mismos deberían tener derechos iguales, o en su defecto, si los judíos deberían tenerlos. Y eso que son el veinte por ciento de la población. Las respuestas fueron 45 %: Los «árabes» no deberían tener los mismos derechos. 6 %: Depende. 6 %: No sabe. 43 %: Los «árabes» deberían tener los mismos derechos. Independientemente de los resultados de una encuesta de la que no se dijo cuál fue la metodología científica para entrevistar a 503 personas judías[2], la «única democracia» de Oriente Medio ¿no debería haber encuestado todo tipo de ciudadano? Si la idea era saber solo lo que la población judía opina sobre el tema, ¿no sería esencial saber también qué piensa el sector de la población sobre la cual se interroga? Esto no estimula de ninguna forma que la opinión pública, ya bastante parcializada, tenga algún contacto con el pensamiento de sus supuestos compatriotas. Son invisibles, por lo tanto, no piensan, ¿para qué los israelíes judíos tendrían que dedicarles su pensamiento?
Dentro de Israel no se reconoce la nacionalidad israelí. […] Los jueces han dictaminado que la ciudadanía y la nacionalidad en Israel deben considerarse categorías completamente distintas, como lo han sido desde la fundación de Israel en 1948. Todos los israelíes tienen la ciudadanía israelí pero nadie goza de la nacionalidad israelí. […] De manera perversa, la nacionalidad en Israel no se basa en una identidad cívica compartida como ocurre en la mayoría de los sitios, sino en la identidad étnica propia. Ello significa que para la inmensa mayoría de los ciudadanos israelíes su nacionalidad corresponde a una de dos categorías, o judíos o árabes[3]. Toda esta artimaña, para mantener el carácter de supremacía judía del Estado sionista.
Los habitantes palestinos de Jerusalén Oriental (anexada ilegalmente por Israel) tienen el estatus de «residentes permanentes», mientras que casi cualquier judío del mundo obtiene ciudadanía automática si quiere instalarse allí. Aunque el año pasado madre e hijo judíos de piel negra fueron deportadas por el gobierno de Israel cuando iban a la boda de una familiar que vive en una ciudad en el Negev[4].
Recientemente, el ministro del Interior de Israel revocó la residencia en Jerusalén (para lo cual no tiene potestad) de cuatro palestinos, tres de ellos menores, que están a la espera de ser juzgados por la justicia israelí. La anulación de la residencia se da por «deslealtad al Estado de Israel», según una ley de 1952. Nada sucede con los colonos transferidos a Cisjordania, lo que es ilegal según el derecho internacional, y que cometen actos de violencia contra palestinos.
Israel ha anulado más de 14.000 residencias de palestinos jerosolimitanos con el argumento de que nunca pidieron la residencia[5] .
Mientras más se defiende el pueblo palestino, más castigo colectivo, también ilegal según la ley internacional, aplica Israel: demoliciones de casas (los palestinos piden autorización para construir que no es dada y luego la municipalidad les destruye la casa por no tener el permiso), cimentación y demolición de casas de palestinos que supuestamente cometieron algún crimen, sitio a diversos barrios de Jerusalén, instalación de todavía más puestos de control en Jerusalén y Cisjordania, agudización del bloqueo a Gaza, que está pasando un invierno crudelísimo sin casi gas butano, en casas semiderruidas, por donde se cuelan el agua y el frío, además de no poder salir porque Egipto e Israel mantienen los pasos cerrados.
Las redes sociales también se han constituido en un ámbito donde combatir. En 2013, el gobierno israelí comenzó a reclutar a estudiantes israelíes con conocimiento en lenguas extranjeras para divulgar por internet mensajes proisraelíes. El presupuesto adjudicado fue de 780.000 dólares[6].
En 2015, 130 palestinos fueron arrestados por sus publicaciones en internet. Desde octubre del año pasado, hay una oficina en la unidad de seguridad cibernética de la policía israelí. Los ciudadanos israelíes que incitaron a actos de violencia contra palestinos no han sido procesados[7].
En el medio internacional, la reunión de hoy en Davos con el presidente de Argentina, Mauricio Macri, es un alivio para Netanyahu, que cree que todo el mundo le debe una pleitesía que, lentamente, se desvanece. Lo demuestra la reacción cada vez más violenta del primer ministro y su equipo, como cuando desconociendo al presidente Obama, se presentó el año pasado ante el Congreso de Estados Unidos para tratar de convencer a los congresistas de que no aprobaran el Tratado Nuclear con Irán, que terminó siendo aprobado, con el consecuente levantamiento de sanciones a uno de los grandes enemigo elegidos por Israel (junto con Hamás y Hezbollah).
En el frente mundial, Israel ha tenido problemas con Brasil, por el nombramiento del colono Dani Dayan como embajador sin anuencia del país sudamericano. En un acto de prepotencia habitual, Netanyahu ha declarado que Brasil quedará sin embajador. ¡Que así sea y no vuelva a haber ningún diplomático en Brasilia!
Por otro lado, el régimen sionista se ha enemistado con Suecia porque su canciller, Margot Wallstrom, ha pedido una “investigación profunda” de la matanza de palestinos por las fuerzas israelíes. Un portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de Israel ha dicho que la canciller “No es bienvenida en Israel; los otros funcionarios oficiales suecos no están incluidos y son bienvenidos”.
El BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones a Israel) comenzó a atraer la atención del gobierno israelí que creó un nuevo ministerio para luchar contra las iniciativas que se multiplican en el mundo, con un presupuesto de 26 millones de dólares. Vale la pena leer el artículo «BDS en 2015: Siete formas en que nuestro movimiento marcó nuevos rumbos en contra del colonialismo y el apartheid israelíes» para comprobar por qué el BDS ya molesta a Israel.
En los últimos meses, no solo el pueblo palestino o la campaña BDS ha sido blanco de la ira sionista. Como una bestia acorralada, los activistas israelíes por los derechos humanos son las nuevas víctimas que se agregan a las ya mencionadas. El gobierno israelí aprobó un proyecto contra esas ONG o grupos, que podrían clasificarse como de izquierda (verdadera y minúscula en Israel), ya que la izquierda del partido laborista es socialdemócrata, igual que el PSOE o el Partido Socialista de Hollande.
En una propuesta de la racista ministra de Justicia Ayelet Shaked, las organizaciones de Derechos Humanos serán sometidas a una «exhaustiva revisión de sus donaciones extranjeras, entre ellas las europeas» y » exigirá que cualquiera de ellas que reciba más del 50 % de su presupuesto de uno o más gobiernos extranjeros deban declararlo abiertamente y en todo momento en sus informes públicos, así como en cualquier exposición, declaración o petición ante cualquier organismo o funcionario israelí». Según la organización israelí Shalom Ajshav (Paz Ahora) «las nuevas disposiciones eximirán de forma deliberada a las ONG de la derecha nacionalista»[8]. Además de ser un castigo a las organizaciones de DD. HH., esto también es una venganza contra la Unión Europea por el etiquetado de los productos provenientes de las colonias judías.
Cumpliendo con la propuesta de ley contra las ONG de DD. HH., tres activistas antiocupación (dos israelíes y uno palestino) fueron detenidos en la última semana. Hasta ayer jueves sus nombres estaban censurados por la justicia israelí: son ellos Ezra Nawi, Guy Butavia y Nasser Nawajah. Según Richard Silverstein, Nawi fue arrestado con las acusaciones falsas de cómplicidad de homicidio, conspiración de asesinato, uso de drogas, transmisión de información a agente extranjero, transporte de persona sin autorización para entrar en Israel. Nawi estuvo impedido de encontrarse con su abogado durante casi cuatro días. Pero debe salir libre en breve. Butavia y Nawajah fueron arrestados el martes a la noche. Butavia fue detenido para interrogación y debe ser liberado luego de acuerdo con informaciones de 972mag. En el video (subtitulado) se puede ver cómo Butavia sugiere que este caso fue fabricado por la organización fascista de ultraderecha Ad Kan, con la cual está trabajando la policía israelí, infiltrada entre las filas de la agrupación a la que pertenecen los activistas. Se supone que los dos israelíes aguardarán el juicio en libertad.
Ya, Nawajah la tendrá más difícil por ser palestino. El tribunal se declaró incompetente para asumir su caso y lo entregó a la justicia militar de Cisjordania, que es la justicia que juzga a los palestinos en la única democracia de Oriente Medio. Y quién sabe cuánto tiempo tendrá que comerse en una cárcel israelí.
El monstruo está malherido y por eso sus ataques serán cada vez más crueles y criminales, teniendo al pueblo palestino como primera víctima. Pero ya ninguna nacionalidad, origen étnico, religión, etc. estará a salvo de la ira creciente con la que está reaccionando.
Hasta que finalmente pare de respirar.
—–
Debe estar conectado para enviar un comentario.