Unos 1000 palestinos viven en ocho aldeas en lo que el ejército de Israel ha declarado como «Zona de Fuego 918, en las Colinas del Sur de Hebrón. Unas 400 personas, entre las cuales se encuentran muchos niños, viven en las dos aldeas donde hubo demoliciones el martes 2 de febrero pasado.

Durante más de 15 años, el estado ha tratado de desalojar a las familias palestinas de sus hogares (tradicionalmente viven en cuevas) y de sus campos de pastoreo. No obstante, las colonias judías que están dentro de la Zona de Fuego 918 no han recibido órdenes de desalojo.

La excusa del ejército israelí es confiscar esas tierras para uso militar. El derecho internacional prohíbe claramente la expulsión  de los residentes de un territorio ocupado, así como el decomiso permanente de la tierra para uso militar.

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