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Los abogados de la querella argentina contra el franquismo denunciarán a Israel por crímenes de lesa humanidad

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Carlos Slepoy (i)

Carlos Slepoy (i)

Un grupo de abogados argentinos, entre los que se encuentran Carlos Slepoy y Beinusz Smukler, trabajan en la redacción de un texto que será la base argumental y jurídica de una querella contra los responsables del Gobierno israelí por “los crímenes contra la Humanidad que se están cometiendo en la Franja de Gaza”. Esta querella, que se presentará próximamente ante los Juzgados Federales de Buenos Aires, se une a una denuncia presentada, hace una semana, en la provincia de Córdoba. No es la primera vez que este grupo de abogados afronta una querella de estas características, ya que algunos de los letrados implicados forman parte del grupo de juristas querellantes argentinos contra los crímenes del franquismo.

Slepoy señala que, en virtud a la gravedad de los hechos, se solicitará la orden de captura internacional para varios altos cargos políticos y militares israelíes, entre los que se encontrarían el presidente Netanyahu, los ministros Lieberman (Asuntos Exteriores) y Yaloon (Defensa), el jefe del Ejército, general Benny Gantz y «el vicepresidente del Parlamento e ideólogo del plan de exterminio en Gaza, Moshe Feiglin». El abogado asegura que la admisión a trámite de la querella no sólo sería “un elemento eficaz de denuncia internacional” sino, también, un gesto de apoyo hacia los palestinos que “podrán ver que desde diversos lugares del mundo se pide justicia”.

Según los letrados, las excusas esgrimidas por Israel para atacar el territorio palestino son inadmisibles no sólo por la absoluta falta de proporción entre las víctimas de los crímenes cometidos en las sucesivas masacres y las resultantes de los ataques infligidos desde el área palestina. “Los ataques son cien veces mayores y se omite la realidad de la violación permanente de los derechos del pueblo palestino. Se alude al Holocausto para justificar la acción militar y eso, a mí, que soy argentino, de origen tanto español como judío, me causa una profunda vergüenza”.

«A pesar del inenarrable espectáculo del asesinato y la mutilación de los miles de niños, mujeres, ancianos y familias completas; de la destrucción planificada de barrios enteros; de los hospitales y escuelas bombardeados; de las infraestructuras fundamentales destruidas conscientemente; de los millares de desplazados, se intenta justificar lo injustificable con el argumento de que los terroristas palestinos son los responsables», escribió el abogado recientemente en un medio de comunicación argentino.

En este sentido, la estrategia, adelanta el abogado, es “unir en la querella a víctimas palestinas y también a judíos que abominan de estos crímenes porque creemos que hay que proteger a los palestinos y, también, apoyar a los judíos que creen firmemente en la paz y en la convivencia pacífica en dos estados”. El texto también contará con el apoyo de asociaciones de derechos humanos argentinas y grupos de juristas del país, “tal como se hizo en el caso de la querella contra los represores franquistas”.

“Queremos interponer esta querella y lo hacemos porque, manifiestamente, los actos que se han cometido en Gaza son crímenes internacionales que son a su vez el último episodio, y no será el último de una larga historia de violaciones de los Derechos Humanos en la región y sabemos que no va a intervenir la Corte Penal Internacional, ni se va a crear ningún tribunal internacional ad hoc (especial para el caso) para investigar los hechos”, comentó el abogado. Según Slepoy, la no adhesión de Estados Unidos e Israel al Tratado de Roma y el no reconocimiento de Palestina como un estado, impide el uso de estos mecanismos internacionales. “Dada la enorme influencia de estos dos países implicados en el conflicto, que impide la condena internacional de los crímenes cometidos por Israel, tampoco cabe esperar ninguna iniciativa internacional para investigar y juzgar”.

Dados estos antecedentes, sostiene también el abogado de las víctimas del franquismo ante la Justicia argentina, “la única salida posible es la interposición de querellas en juzgados nacionales en aplicación del principio de Justicia Universal. Nuestra pretensión es que se presente aquí y que la iniciativa se extienda a otros países de América Latina, en cumplimiento de las resoluciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que instan a los países de América a ejercer la jurisdicción universal”.

 Un resquicio para iniciar acciones desde España

Pese a la reforma del marco legislativo que, de la mano del Gobierno del PP, dejó sin efecto el principio de Jurisdicción Universal en España, Slepoy asegura que los tribunales españoles están obligados a investigar estos hechos . “Estos delitos pueden ser considerados crímenes de guerra y España está obligada, por los Convenciones de Ginebra – que establecen el principio de justicia universal – a intervenir en casos de esta naturaleza”. Para ejemplificar este extremo, el letrado argentino afincado en España aludió a la “ejemplar” decisión del juez Pedraz en relación al caso del asesinato del periodista José Couso.

“Nuestra intención es que extiendan querellas de esta naturaleza, por lo que iniciaremos una campaña de contactos con abogados y asociaciones de defensa de los Derechos Humanos para que se articulen otras querellas similares ante los tribunales de justicia de distintos países”, adelantó el abogado.

Fuente: El diario.es

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Tres vías para que Israel responda por sus crímenes ante la justicia

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52478Palestinos sentados en una tienda de campaña, junto a las ruinas de sus casas destruidas en Beit Lahiya, Franja de Gaza, 11/08/14. (Foto: Reuters / Suhaib Salem)

Desde que las primeras bombas israelíes destruyeron casas palestinas en el reciente ataque militar contra Gaza, numerosos grupos de derechos humanos han acusado a Israel de crímenes de guerra.

Human Rights Watch, por ejemplo, ha documentado testimonios de civiles palestinos que fueron atacados y asesinados cuando huían de Juzáa, un pueblo cercano a la valla de separación israelí. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU ha puesto en marcha una investigación que examinará las alegaciones de crímenes de guerra contra ambas partes.

Pero la gran pregunta es si los soldados o jefes militares israelíes responsables de los presuntos delitos serán llevados ante los tribunales. Esto no es probable que suceda en el sistema judicial israelí. Las solicitudes de indemnizaciones no suelen prosperar en los tribunales civiles israelíes. El ejército israelí no investiga alegaciones concretas de crímenes de guerra, pero según el grupo israelí de derechos humanos B’Tselem, “no existe actualmente en Israel ningún organismo oficial capaz de llevar a cabo investigaciones independientes de presuntas violaciones del derecho humanitario internacional”. Tras la agresión israelí de 2009 contra Gaza, solo fueron condenados por crímenes de guerra cuatro soldados, siendo la pena más dura siete meses de cárcel por el robo de tarjetas de crédito.

Si bien las perspectivas de que los criminales sean juzgados son escasas, hay tres vías distintas que los palestinos y sus simpatizantes pueden ensayar para obtener justicia. Son las siguientes.

La Corte Penal Internacional

Esta es la principal opción para los palestinos, a pesar de que la Autoridad Palestina (AP) se haya resistido a utilizarla desde que, en 2012, obtuvo el estatus de estado observador en la ONU. Ese estatus ofrece al estado observador el poder de dar a la Corte Penal Internacional (CPI) jurisdicción sobre los crímenes cometidos en territorio palestino. (Antes de la votación de la ONU, la CPI anunció que no tenía jurisdicción sobre los delitos cometidos en territorio palestino porque no podía decidir si Palestina era o no un estado.) Los palestinos no han ejercido ese poder todavía. Estados Unidos e Israel se han opuesto enérgicamente a la posibilidad de que la AP se una al Estatuto de Roma, el tratado por el que se creó la CPI. Este tribunal fue creado en 2002 para juzgar a personas responsables de delitos graves contra el derecho internacional.

Los palestinos han comenzado a dar pasos lentamente hacia la firmado del citado tratado. Como ha señalado Allison Deger, de Mondoweiss, las autoridades palestinas han escrito cartas para adherirse al Estatuto de Roma. Además, también pueden presentar una declaración que solicite la jurisdicción de la CPI, una iniciativa que fracasó anteriormente porque Palestina no tenía todavía el estatus de estado. Hamas ha expresado su apoyo a la adhesión al Estatuto de Roma, a pesar de que sus lanzamientos de cohetes contra los israelíes también podrían ser investigados.

Si los palestinos deciden firmar el Estatuto de Roma, Abas podría pedir una investigación sobre los crímenes cometidos en Gaza. Eso podría desencadenar una reacción de EEUU e Israel, que podría implicar la interrupción de la ayuda económica a la Autoridad Palestina.

Otra opción sería que el Consejo de Seguridad de la ONU remitiera el caso a la Corte Penal Internacional, tal y como fue sugerido por el Informe Goldstone. Pero puesto que EEUU tiene poder de veto en el consejo, esa vía está condenada al fracaso.

Justicia universal

Este principio, inaugurado con los juicios de Nüremberg, sostiene que un estado tiene jurisdicción sobre los delitos más graves en virtud del derecho internacional. Entre estos delitos figuran los crímenes de guerra, genocidio, tortura y crímenes contra la humanidad. Muchos estados tienen leyes que establecen la jurisdicción universal. Figuras como el dictador chileno Augusto Pinochet han sido detenidas y procesadas en base a este principio. Pero en muchos casos, consideraciones políticas y cuestiones legales han impedido el ejercicio de la justicia universal.

Cualquier estado que tenga leyes que autoricen la jurisdicción universal podría, en principio, iniciar un caso contra los soldados u oficiales israelíes presuntamente responsables de aquellos delitos en la reciente ofensiva de Gaza. Sin embargo, el historial de procesamientos por supuestos crímenes de guerra es realmente desalentador.

El caso más famoso fue abierto en España contra Avi Dichter, exdirector del Shin Bet que ordenó un ataque aéreo contra la casa del miembro de Hamas Saleh Shehadeh en Gaza. El ataque mató a Shehadeh, su esposa, su hija y otros civiles que vivían cerca. El Centro Palestino de Derechos Humanos presentó cargos por crímenes contra la humanidad contra Dichter en España y un juez decidió abrir el caso en 2009. Pero a finales de ese año, el caso fue cerrado.

El Centro para los Derechos Constitucionales presentó una demanda contra Dichter en EEUU por el mismo motivo, pero un tribunal de apelaciones declinó continuar con el proceso, remitiéndolo al poder ejecutivo.

Durante muchos años, las autoridades israelíes han temido viajar al Reino Unido desde que, amparándose en el derecho británico, un grupo de ciudadanos solicitara la justicia universal contra extranjeros que visitaran el país. En 2005, Doron Almog, exoficial del ejército de Israel, huyó de Gran Bretaña después de haber viajado al país. Al parecer, los servicios de seguridad británicos estaban esperándole en el aeropuerto para arrestarle, pero Almog nunca cruzó el control de aduanas.

Después de una intensa presión ejercida por las autoridades israelíes, Gran Bretaña modificó sus leyes de justicia universal en 2011, aunque el diario Haaretz informó el año siguiente que las autoridades israelíes seguían siendo reacias a viajar al Reino Unido por temor a ser arrestadas y sometidas a las leyes de aquel país.

La Corte Internacional de Justicia

La Corte Internacional de Justicia (CIJ) es el órgano judicial oficial de la ONU. Pero la capacidad de remitir casos a la CIJ es limitada. La principal vía es que las dos partes estén de acuerdo en someter un caso a la corte. En estos casos, la decisión de la CIJ es vinculante. En el caso de los palestinos, esto es altamente improbable. Israel y los palestinos no van a estar de acuerdo en someter disputas a la corte internacional.

Otra vía es que, a solicitud de los palestinos, la Asamblea General de la ONU remita un caso a la corte tras una votación. Esto solo daría lugar a una decisión consultiva, no vinculante, muy parecida al veredicto de la CIJ de 2004 que estableció que el muro de separación de Cisjordania y los asentamientos eran ilegales de acuerdo con el derecho internacional.

Fuente: Three ways Palestinians can hold Israel accountable for Gaza war crimes,

Alex Kane es periodista independiente y estudiante de licenciatura de los programas de Estudios de Oriente Próximo y Periodismo de la universidad de Nueva York. Puede seguirle en Twitter: @alexbkane

Acerca del traductor:  Javier Villate mantiene el blog Disenso, con artículos, análisis y traducciones sobre Palestine, Israel y Medio Oriente. Le puedes seguir en Twitter como @bouleusis

Fuente: Alex Kane, Mondoweiss / Traducción: Javier Villate en el Blog Disenso

http://www.palestinalibre.org/articulo.php?a=52478

Cuando la negación israelí de la existencia palestina se convierte en genocida

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palestine_21298588601Por Ilan Pappe.

«Recuerdo cómo empezó todo. Todo el estado de Israel es un milímetro del Medio Oriente entero. Un error estadístico, tierra estéril y decepcionante, los pantanos en el norte, el desierto en el sur, dos lagos, uno muerto y un río sobrevalorado. Sin recursos naturales, aparte de la malaria. Aquí no había nada. Y ahora ¿tenemos la mejor agricultura en el mundo? Esto es un milagro: una tierra construida por la gente»  (Maariv, 14 de abril de 2013).

Este relato inventado, escuchado en la voz del primer ciudadano y portavoz israelí, pone de relieve hasta qué punto la narrativa histórica es parte de la realidad actual. Esta impunidad presidencial resume la realidad en la víspera de la sexagésima quinta conmemoración de la Nakba, la limpieza étnica de la Palestina histórica. El hecho inquietante de la vida, 65 años más tarde, no es que el dirigente figurativo del llamado Estado judío, y de hecho casi todos en el nuevo gobierno electo y en el Parlamento, suscriben estos puntos de vista. La realidad preocupante y difícil es la impunidad con apoyo mundial.

La negación de Peres de los nativos palestinos y la continuidad en el año 2013 del mito de la gente sin tierra expone la disonancia cognitiva en la que vive: niega la existencia de aproximadamente doce millones de personas que viven dentro y cerca del país al que pertenecen. La historia demuestra que las consecuencias humanas son terribles y catastróficas cuando las personas poderosas que encabezan equipos poderosos como un Estado moderno, negaron la existencia de un pueblo que está muy presente.

Esta negación estaba allí a principios del sionismo y llevó a la limpieza étnica en 1948. Y sigue ahí hoy, lo que podría resultar en desastres similares en el futuro, a menos que se detenga inmediatamente.

Disonancia cognitiva

Los responsables de la limpieza étnica de 1948 fueron los colonos sionistas que vinieron a Palestina, al igual que Shimon Peres, de origen polaco, antes de la Segunda Guerra Mundial. Ellos negaron la existencia de los pueblos nativos que encontraron, que vivían allí durante cientos de años, si no más. Los sionistas no poseían el poder en el momento de resolver la disonancia cognitiva que experimentaron: su convicción de que la tierra estaba inhabitada a pesar de la presencia de tantas personas residentes en el país.

Casi resolvieron la disonancia cuando expulsaron a tantos palestinos como pudieron en 1948 y se quedaron con sólo una pequeña minoría de los palestinos dentro del Estado judío.

Pero la avaricia sionista por el territorio y la convicción ideológica de que mucha más Palestina era necesaria con el fin de tener un Estado judío viable dio lugar a consideraciones constantes y, finalmente, a las operaciones para ampliar el Estado.

Con la creación del «Gran Israel» después de la conquista de Cisjordania y Gaza en 1967, la disonancia regresó. Sin embargo, la solución, no podría ser fácilmente resuelta esta vez por la fuerza de la limpieza étnica. El número de palestinos era mayor, la asertividad y el movimiento de liberación estaban fuertemente presentes en la escena, e incluso los más cínicos y los protagonistas tradicionalmente pro Israel de la escena internacional reconocieron su existencia.

La disonancia se resolvió de una manera diferente. La tierra sin pueblo era cualquier parte del gran Israel, el Estado deseado para judaizar en las fronteras anteriores a 1967 o para anexar los territorios ocupados en 1967. La tierra con la gente estaba en la Franja de Gaza y algunos enclaves en la Ribera Occidental, así como en el interior de Israel. La tierra sin pueblo está destinada a ampliarse gradualmente en el futuro, haciendo que el número de personas a reducir sea mayor, como una consecuencia directa de la invasión.

Incremento de la limpieza étnica

De esta creciente limpieza étnica es difícil darse cuenta a menos que se contextualice en un proceso histórico. El noble intento de las personas y los grupos más conscientes en Occidente y en Israel para centrarse en el aquí y ahora -en lo que respecta a las políticas de Israel- está condenado a ser debilitado por la contextualización contemporánea, no por la historia.

Comparar a Palestina con otros lugares siempre fue un problema. Pero la realidad criminal en Siria, Irak y otros lugares, se convierte en un desafío aún más serio. La última clausura, la última detención política, el último asalto, el último asesinato de un joven, son crímenes horribles, pero palidecen en comparación con los campos y áreas cercanas o lejanas donde se cometen atrocidades colosales.

Narrativa criminal

La comparación es muy diferente cuando se ve históricamente y es en este contexto donde debemos tener en cuenta el carácter delictivo de la narrativa de Peres, que es tan horrible como la ocupación y potencialmente mucho peor. Para el presidente de Israel, premio Nobel de la Paz, nunca hubo palestinos antes de que se iniciara en 1993 el proceso de Oslo, y cuando los reconoció eran sólo los que viven en una pequeña parte de la Ribera Occidental y la Franja de Gaza.

En su discurso ya había eliminado a la mayor parte de los palestinos. Si usted no existía cuando Peres llegó a Palestina, usted definitivamente tampoco existe en 2013, cuando es el presidente. Esta eliminación es el punto donde la limpieza étnica se convierte en genocida. Cuando es eliminado del libro de la historia y de los discursos de los políticos de alto nivel, siempre existe el peligro de que el siguiente intento sea su eliminación física.

Sucedió antes. Los primeros sionistas, entre ellos el actual presidente, hablaban de la transferencia de los palestinos mucho antes de que la dispusieran en 1948. Estas visiones de una Palestina sin árabes aparecieron en cada diario sionista, revista y conversación interna desde el comienzo del siglo XX. Si se habla del vacío en un lugar donde hay abundancia, se puede tratar de ignorancia voluntaria. Pero si se habla del vacío como una visión o realidad innegable, es sólo una cuestión de poder y la oportunidad anterior a que la visión se convierta en realidad.

La negación continúa

La entrevista de Peres en la víspera de la sexagésima quinta conmemoración de la Nakba no solo es escalofriante porque tolera cualquier acto de violencia contra los palestinos, sino porque los palestinos han desaparecido por completo de su admiración autocomplaciente por el logro sionista en Palestina. Es desconcertante saber que los primeros sionistas negaron la existencia de los palestinos en 1882, cuando llegaron; es aún más chocante descubrir que niegan su existencia, más allá de las esporádicas comunidades tipo guetos, en 2013.

En el pasado, la negación precedió al crimen, un delito que sólo en parte tuvo éxito, pero por el que los autores nunca fueron llevados ante la justicia. Esta es probablemente la razón para la negación continua. Pero esta vez no es la existencia de cientos de miles de palestinos la que está en juego, sino la de casi seis millones de personas que viven dentro de la Palestina histórica y otros cinco millones y medio que viven fuera de Palestina.

Uno podría pensar que sólo un loco puede pasar por alto a millones y millones de personas, muchas de ellas bajo régimen militar o el apartheid mientras ese loco, activamente y sin piedad, impide el regreso de los demás a su patria. Pero cuando el loco recibe las mejores armas de los EE.UU., Premios Nobel de Paz de Oslo y tratamiento preferencial por parte de la Unión Europea, uno se pregunta cuán seriamente debemos tomar las referencias occidentales a los líderes de Irán y Corea del Norte como locos peligrosos.

La locura se asocia en estos días, al parecer, con la posesión de armas nucleares en manos de dirigentes no occidentales. Bueno, incluso en ese aspecto, el loco local del Medio Oriente pasa la prueba. Quién sabe, tal vez en 2014 no sería la disonancia cognitiva israelí que deberá ser salvada, sino la occidental: ¿cómo conciliar en Occidente una posición universal de los derechos humanos y civiles con una postura favorable a Israel en general y a Shimon Peres, en particular?

El autor de numerosos libros, Ilan Pappe es profesor de historia y director del Centro Europeo de Estudios Palestinos en la Universidad de Exeter.

Traducido del Inglés para Rebelión por J. M.

Fuente: http://electronicintifada.net/content/when-israeli-denial-palestinian-existence-becomes-genocidal/12388

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=167369

llave reuters