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Ultraderechista ucraniano: «Lucharé contra judíos, comunistas y rusos hasta que me muera»

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Armados con Kaláshnikov, miembros de la oposición pertenecientes al grupo radical Sector de Derechas ucraniano, han amenazado con luchar contra los judíos y los rusos «hasta la muerte».

Ante la seriedad de las amenazas el rabino jefe ucraniano Moshe Reuven Azman, ha pedido a los judíos de Kiev que salgan de la ciudad e incluso del país, si es posible, por temor a que sean víctimas de los radicales en medio de tanto caos que vive el país, informó este viernes el diario israelí ‘Haaretz’.

«Os lo advierto, si alguien en esta ciudad, esta zona, se dedica a la ‘anarquía’ y el saqueo, los escuadrones del Sector Derecho dispararán a los bastardos en el acto. Así habrá orden y disciplina», dijo Aleksandr Muzychko, uno de los líderes del grupo radical.

«Si mañana estos [policías] bastardos en Kiev no se detienen asaltaremos las unidades militares, nos haremos con los vehículos blindados y tanques, sabemos cómo manejarlos, e iremos a Kíev. La victoria será nuestra», advirtió el ultraderechista a principios de esta semana. Aleksandr Muzychko es un conocido líder nacionalista.

El 21 de febrero, cuando los agentes del Berkut (antidisturbios) llegaron desde Kiev a la ciudad de Rovno, Muzychko aseguró que si se los encuentra en un campo de batalla «la mano no me temblará».

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Ya en 2007 se comprometió a luchar contra «los comunistas, los judíos y los rusos mientras tenga sangre en las venas», diciendo públicamente que liderar la lucha contra los citados grupos es su «credo».

Fuente: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/120650-ultraderecha-ucrania-luchar-judios-rusos-muerte

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Los medios no muestran: Rabinos se manifiestan contra el régimen israelí

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Centenares de rabinos se han congregado este jueves ante la sede de la Unión Europea (UE) en Bruselas, capital de Bélgica, para denunciar que el régimen de Israel reprime a los judíos antisionistas.

A pesar de que este acto se considera la más grande y sin precedentes concentración de rabinos en los países europeos, la presión de los lobbies sionistas hizo que los medios de comunicación mantuvieran el silencio y ninguno de ellos cubriera la reunión de más de un millar de líderes judíos europeos.

Los rabinos criticaron que el régimen israelí, aprovechándose del Judaísmo, pretende promover sus objetivos expansionistas en Palestina y otros puntos de la región.

Agregaron que, para ellos, el enfoque del régimen de Israel es el mismo del nazismo, de manera que utiliza a la religión para obligar a todos los jóvenes a unirse al ejército.

Los rabinos, en esta protesta, tras rechazar cualquier política del régimen israelí basada en la fuerza y la ocupación de la tierra palestina, declararon su inocencia ante las políticas del régimen de Tel Aviv hacia Palestina, Irán, Siria y la Resistencia.

De acuerdo con ellos, el sionismo es un movimiento político construido sobre la distorsión de la Torá y la religión judía.

Fuente: argenpress/OICP

Foto: http://www.worldbulletin.net/?aType=haber&ArticleID=112269

Juan Gelman y lo judío

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Juan Gelman y Tali Feld Gleiser. Feria del Libro de Santo Domingo 2013.

Juan Gelman y Tali Feld Gleiser. Feria del Libro de Santo Domingo 2013.

¿Qué lugar ocupa lo judío en la vida y la escritura de Gelman? ¿Qué espacio en su visión del mundo, en su subjetividad? A estas preguntas responde el poeta -asiduo lector de la Cábala- en los textos que siguen. Tema complejo. ¿Hasta qué punto hacen literatura judía los escritores judíos que escriben en castellano, en un idioma otro que el idish o el hebreo? Cada lengua es una cosmovisión, heredada, soportada si se quiere, construida por generaciones y generaciones de hablantes, una lengua que dice «perro» y no «chien”, o “dog” y no «sabaka». Lo que cada palabra en una lengua arrastra, calla y dice y vuelve a callar está unido a una constelación de silencios y decires de todas las palabras de esa lengua, unido con lazos de fuego azul que iluminan tenuemente su noche, resplandecen de pronto y vuelven a callar, no a apagarse, ondulantes como acero líquido cuyo fulgores anuncio de firmeza que fuera cimiento del gran todo de una lengua.

La lengua materna es la que nos ata a una visión del mundo construida a lo largo del tiempo por los hablantes, los hablados de esa lengua. En el tiempo se construye en la lengua lo que tal vez podría llamarse el inconsciente del discurso, hecho de un número infinito de citas anónimas, un inconsciente que nos constituye. Por eso creo que los únicos escritores judíos de verdad -me refiero a su literatura- son los que han escrito y escriben en idish o en hebreo (caso especial del sefardí). Hay planos que se mezclan con
indiscriminación a veces en relación con un escritor: la lengua, por un lado, la lengua en la que escribe, y su nacionalidad o religión. Por ejemplo, Kavafis: ¿es un poeta egipcio o griego? Nacido en Alejandría, Egipto, en setenta años de vida sólo visitó Grecia en dos ocasiones y apenas un mes en cada caso. Dos meses en total. Pero no puede decirse que Kavafis fuera un poeta egipcio. Fue un gran poeta griego. ( … )

La lengua es mucho más que una cosmovisión. Tiene un inconsciente, depósito de siglos. Sería además una matriz que aún nos contiene y contenemos, aún nos alimenta y alimentamos, después de ser expulsados del vientre materno. Pasamos del vientre materno a la lengua materna, de una matriz material a otra espiritual, que no nos abandonará hasta nuestra muerte. ¿No se siente acaso al hablar y sobre todo al escribir las irrigaciones de esa matriz que nos hace la boca, sus oscuridades, aguas y navegaciones, su latir secreto y circular, la inminencia de otro mundo detrás de esa pared transparente de nadas, mundo que atisbamos sin tocar, cuya lejana cercanía nos toca como presente ausencia que nos habla, que nos hace hablados por ese «aquello» que para San Juan de la Cruz es Dios? ¿Ese «aquello» que para el rey David de los Salmos era el «zot»? ¿Ese “aquello» que es, en definitiva, todo lo que la lengua calla cuando habla? En ese inconsciente de la lengua se aloja todo lo judío que cabe en la lengua castellana. (…)

Es seguro que la dimensión judía palpita en la escritura de todos nosotros. Cómo negar que las velas de los viernes a la noche o las comidas de Péisaj me han dejado una impronta que, al decir de Plotino, una cosa sin forma deja en el alma. Pero menos puedo negar que nací en la Argentina, que la sociedad argentina y la cultura de una clase en la Argentina han dejado marcas profundas en mí que pertenezco a la gran patria de la lengua castellana, a su visión, su sonido, sus silencios, sus continentes y sus islas, sus maneras de estallar en el odio y el amor. Todos nosotros somos hablados por esa lengua y lo extraordinario es que otra lenguas, las lenguas del exilio desembocan en el gran río del idioma de los argentinos, ensanchándolo, sumándole camalotes que descienden del Po, Dniéper, o del Vístula, cambiando el color de sus aguas como limos que la lengua arrastra y deposita en la profundidad de su aventura, una
aventura que nunca acabará.

Pero, ¿qué sería, qué es la dimensión de lo judío en la literatura castellana? ¿0 tal vez habría que preguntarse, mejor, en la cosmovisión «en castellano», tal vez universal? El tema es vastísimo y debería convocar la atención de filólogos, especialistas en estética y críticos
literarios y, por qué no, teólogos. ( … )

Volviendo a lo que nos reúne, creo que efectivamente hay en la obra de todos nosotros una dimensión judía. Creo también que se escribe con el cuerpo, pero me resulta imposible, en mi caso, definir lo judío que constituye mi subjetividad y que, sin duda, alienta en lo que escribo.

Lo judío en la literatura en castellano, en Hispamérica, N62, EEUU, agosto, 1992.

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Universal y pluralista

Estoy convencido de que si hay una cultura universal y pluralista en el mundo, esa es la cultura judía. Es un fenómeno realmente extraordinario, creado desde abajo, desde la comunidad, en pleno exilio, sin un Estado detrás que apoyara o fomentara esos procesos. Es tal vez, en ese sentido, la cultura más democrática del mundo, la más variada, la más plurilingüe y ciertamente pluricultural. Una cultura hecha en los cuatro rincones de la tierra. ( … )
Si pensamos en toda esa diversidad que es hija de la incorporación de y la participación en tantas culturas diferentes; si pensamos que es una cultura que ha hablado y escrito en hebreo, arameo, árabe, idish, variaciones diversas del español, ¿cómo se puede pensar que a esa cultura se la pueda enchalecar en molde único, rígido, y aún en un Estado?

Una cultura cuya extraordinaria cualidad estriba en que fue construida a lo largo de los siglos alrededor de un vacío: el vacío de Dios, el vacío del suelo original, el vacío que conlleva a la utopía. ( … )

Yo deseo aclarar que jamás tuve conflicto alguno con lo judío de mí, es decir con mi «judío de mí”. Tal vez por eso, jamás tuve conflicto alguno con mi «argentino de mí». He estado y estoy en desacuerdo con políticas del Estado de Israel; no estoy para nada en desacuerdo con la existencia del Estado de Israel. No puedo estar de acuerdo con la política que se ha seguido, hasta ahora, con los palestinos.

Juan Gelman: una cultura democrática en Nueva Sión, Buenos Aires, 22 de agosto de 1992.

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Luria, el cabalista

Yo fui un niño judío, pero no practicante. Claro, en mi casa pasaban cosas que uno no sabe cómo entran en la propia subjetividad; la celebración de las fiestas judías más importantes, por ejemplo. Pero en mi casa nunca se practicó el ayuno de los viernes, que va de la primera estrella de los viernes a la primera estrella de los sábados… Mi encuentro de fondo con la cultura judía y hebrea se produjo después, cuando conocí el exilio. Entonces empecé a preguntarme muchas cosas acerca de porqué nos habían derrotado, de las
matanzas en la Argentina, la desaparición de seres queridos, la ausencia de uno del país, la ausencia del país para uno, del habla de su gente… Ese sentimiento me llevó también a leer por primera vez la Cábala. Y encontré en ella algo acorde con lo que me ocurría, es decir, una visión exiliar de la vida. Encontré esa misma visión en poetas hebreos de los siglos XII, XIII y XIV, sobre todo españoles, italianos, alemanes, y «traduje» algunos de sus textos que reuní en mi libro Con/ posiciones. En realidad, lo que hice fue tomar textos y reescribirlos; la única relación que tienen algunos con el original es el sentimiento… Los cabalistas se preguntan: ¿Acaso el hombre no está exiliado sobre la Tierra? Y uno de esos cabalistas formuló una idea extraordinaria, Isaac Luria, cabalista del siglo XVI de Safed, en Palestina, encontró que el primer gran exiliado es Dios mismo porque se retira de sí mismo para dar espacio a su creación y así se exilia de su obra. Aclaro que no me he vuelto místico; estoy hablando de esas lecturas, de lo que me trajeron en consonancia con mi situación, y también de algo que sospecho: que entre la poesía y la mística hay por lo menos una dimensión común, la del éxtasis, el «salirse de sí”, y que ese éxtasis en realidad sucede en el silencio, en el silencio de los místicos y e el silencio de los poetas.

Pedro Salvador Ale, Juan Gelman: la fe poética, entrevista publicada en Periódico de Poesía, N° 11, México, 1995.

Meus queridos primos sionistas

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hondaPor Julio Rudman.

«Os palestinos são os judeus dos judeus» (Eduardo Galeano).

Tínhamos poucos anos. 6,7, 8 (antecedente de um programa de TV imperdível!). Nas esquinas de nosso bairro, ao amparo de árvores miraculosos no deserto verde que é a cidade de Mendoza, saíamos para procurar filhotes de passarinhos, munidos de estilingues. Se os filhotes eran de pombas, melhor. Bicho de porcaria erro de Picasso, Machado, Guillén e associados, como para demonstrar que os gênios também erram.

Procurávamos pedras apropriadas e, geralmente, nossas excursões assassinas terminavam num fracasso absoluto, com os pés descalços nos açudes trocando figurinhas e xingando a professora por alguma bronca considerada injusta.

Lembrei-me destas cenas por causa do vídeo que o governo israelense mostrou, para justificar o assassinato cometido no navio turco, com ajuda humanitária para Gaza.

Meus primos, quase todos, são sionistas. Gosto deles, os amo, talvez. Eles ficaram tristes com a minha adesão militante com o povo palestino. Igual os amo, talvez. Cada vez que nos vemos somos família, somos solidários, suponho que são bons pais, trabalham honestamente, gostam de mim. Com certeza.

Vivem convencidos de que sionismo e judaísmo são sinônimos. Não compreendem como eu, judeu também, admiro a capacidade de síntese de Galeano, ou de Saramago, por exemplo, em relação a este assunto. Seria, então, uma sorte de semita antissemita que não entende a história trágica do, mal chamado, povo escolhido.

Disse, e mantenho, que minha diatribe não é contra Israel. É contra seu governo nazista, discriminador, terrorista, que tem legalizada a tortura e aplica o conceito de «espaço vital» como o fez o Terceiro Reich.

Disse, e mantenho, que ninguém estimula mais e melhor o antissemitismo que Netanyahu e seus capangas.

Disse, e mantenho, que me sinto mais irmão da Tupac e Milagro Sala que dos milicos israelenses que massacram seres indefesos, armados com estilingues e bolinhas de gude, como nós na infância.

Os policiais da nossa infância não eram sionistas, por sorte. Alguns anos depois viraram muito bons alunos de instrutores franceses e israelenses, e sofremos as consequências. Deixaram-nos a céu aberto, nos roubaram nossos meninos, fizeram sumir 30.000 dos melhores. E não foi com estilingues e bolinhas de gudes.

Vários primos queridos pediram para eu não enviar mais mensagens antijudaicas. Minhas mensagens são antinazistas. Tomara que entendam. Mesmo assim, continuo gostando deles.

 3 de junho de 2010

Gilad Atzmon: O judeu errante em Buenos Aires

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Gilad Atzmon, ex-israelense, saxofonista e compositor, escreveu dois romances e diversos artigos. Sempre polêmico, ele dedica a sua vida a defender a causa palestina e a sua música. Obrigada a Dagoberto Bordin, de Florianópolis, Brasil, que está passando um tempo em Buenos Aires e escreveu este artigo especialmente para nós, mesmo sem ser especialista no assunto.

Gilad Atzmon

Por Dagoberto Bordin.

“Os nazistas me fizeram ter medo de ser judeu, enquanto os israelenses me dão vergonha de ser judeu”. Com esta epígrafe de Israel Shahak, sobrevivente dos campos de concentração na Polônia, Gilad Atzmon dá a tônica do seu novo livro, La identidad errante (editorial Canaán), e mostra por que tanto ele quanto Shahak podem ser considerados antissemitas. Bem-humorado, Atzmon divertiu a plateia quando admitiu, ontem, na Biblioteca do Congresso Nacional, em Buenos Aires, que sente uma excitação quase libidinosa em confrontar os sionistas desde que se define como “judeu que odeia o judaísmo”.

Em La identidad errante, ele busca responder o que significa ser judeu, como se define a identidade política de um judeu, um indivíduo que se sente superior aos demais, afinal pertence ao povo escolhido, e, ao mesmo tempo, um indivíduo que gostaria de ser tratado como os demais. Para ele, o sionismo é um conceito que pertence mais à diáspora judia porque os israelenses, de maneira geral, não são sionistas. “O judaísmo secular é que se encarrega da limpeza étnica e não o judaísmo religioso. Os judeus ultraortodoxos da Torá são contra o sionismo e a favor dos palestinos” (N. da R. Se refere a grupos como Neturei Karta).

Para falar do judaísmo nesta acepção ideológica, ele usa o termo judeidade. “Não falo sobre judaísmo ou sobre judeus como etnia, raça ou religião”. Judeidade seria algo como uma qualidade primordial, transnacional, operada por uma rede que não tem um centro geográfico porque, segundo ele, não existem judeus ingleses, franceses, alemães ou estadunidenses e sim judeus que vivem na Inglaterra, França, Alemanha ou Estados Unidos. “O judeu é sempre um estrangeiro”.

Atzmon compara Israel com a Alemanha nazista. “Eles transformaram Deus em agente imobiliário e a aspiração de Israel não é a da terra prometida senão a de planeta prometido”. Isso faz com que os sionistas se sintam autorizados por Deus a destruir seus inimigos. “Como isso pode estar acontecendo em nossos dias sem o conhecimento do mundo?”, pergunta. E ele mesmo responde, explicando que os meios políticos e midiáticos estão subordinados aos interesses israelenses. A mídia de maneira geral, os bancos e a indústria do cinema, Hollywood, são controlados por judeus tanto nos Estados Unidos quanto na Inglaterra. “Eles conseguem fazer isso porque controlam a oposição”, explicou: “George Soros apoia as causas das minorias, ajuda e eleger Obama, ajuda os oprimidos, os gays. Toda a oposição a Israel também é financiada por Israel. Assim, você determina e limita a oposição”. Segundo ele, os “bons judeus”, esses que falam em nome dos palestinos, por exemplo, podem ser ainda mais perigosos que os “maus judeus”.

Com relação à representação política, ele cita o exemplo da Inglaterra. No Parlamento, se os judeus tivessem uma representação proporcional à de 0,46% da população (são 280 mil habitantes naquele país), eles teriam direito a três assentos. Em vez disso, ocupam 24 posições, oito vezes mais. Se a representação dos muçulmanos fosse nesta mesma proporção, eles teriam que ocupar no mínimo 200 dos 650 assentos da Câmara dos Comuns. “A história dos judeus é um mito, está distante da realidade, é uma invenção, e eles conseguem convencer os outros de que é verdade porque ninguém tem permissão para falar disso, já que os judeus se apropriaram do discurso sobre o racismo”.

Gilad Atzmon, que nasceu em Jerusalém e abdicou da cidadania israelense, critica, de dentro, o etnocentrismo judeu. “Tenho a percepção de que o meu povo vive numa terra roubada”. É uma sensação que ele traz da juventude, de sua experiência no exército, de quando atuou como paramédico, em 1982, durante a Guerra do Líbano, quando viu seu povo destruindo outras pessoas. Foi um trauma que deixou uma enorme cicatriz e o levou à decisão de que ele tinha sido enganado sobre o sionismo. “A oposição binária judeu-nazista é, em si mesma, consequência de um doutrinamento judeucêntrico”. Concluiu então que fazia parte de um estado colonial cujo objetivo era a pilhagem e a limpeza étnica. “Nós fomos doutrinados para a negação da causa palestina e não estávamos conscientes disso”.

Seu editor na Argentina, Saad Chedid, lembrou que a presidenta Cristina Kirchner se solidariza com o povo palestino porque compara a situação das Ilhas Malvinas com a dos territórios ocupados por Israel. “Trata-se do mesmo tipo de colonização”. A apresentação do autor foi feita pela jornalista Telma Luzzani, especialista em política internacional e autora de Territorios vigilados (Random House), em que mostra como operam as bases militares norte-americanas na América do Sul. Telma Luzzani elogiou a forma como o autor costura referências tão ecléticas como Freud, Lacan, os irmãos Cohen e Milton Friedman na sua tentativa de desvendar a identidade judaica. “Há uma rigorosa ignorância do genocídio que ocorre em Gaza e Atzmon, além de escrever, usa a música – o autor é renomado saxofonista – como instrumento para divulgação deste drama”.

O autor apresenta um filme biográfico nesta quinta-feira, Gilad, e, na segunda, 8 de abril, conversa com professores e estudantes no Centro Cultural Borges. Finalmente, na quarta-feira (10 de abril), faz uma palestra na Faculdade de Filosofia e Letras da Universidade de Buenos Aires.

Fotos de Dagoberto Bordin.

Gilad Atzmon: El judío errante en Buenos Aires

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Gilad Atzmon, ex israelí, saxofonista y compositor, ha escrito dos novelas y variados artículos. Siempre polémico, ha dedicado su vida a defender la causa palestina y a su música. Agradecemos a Dagoberto Bordin, de Florianópolis, Brasil, que está pasando un tiempo en Buenos Aires y escribió este artículo especialmente para nosotros, aun sin ser especialista en el tema.

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Por Dagoberto Bordin.

“Los nazis me hicieron tener miedo de ser judío, mientras que los israelíes me dan vergüenza de ser judío”. Con este epígrafe de Israel Shahak, sobreviviente de los campos de concentración en Polonia, Gilad Atzmon da la tónica de su nuevo libro La identidad errante (editorial Canaán), y muestra por qué él y Shahak pueden ser considerados antisemitas (N. de la T. por otros judíos). De buen humor, Atzmon divirtió a la platea cuando admitió, ayer, en la Biblioteca del Congreso Nacional, en Buenos Aires, que siente una excitación casi libidinosa por confrontar a los sionistas porque se define como “judío que odia el judaísmo”.

En  La identidad errante, busca responder lo que significa ser judío, cómo se define la identidad política de un judío, un individuo que se siente superior a los demás, al fin y al cabo pertenece al pueblo elegido y, al mismo tiempo, es un individuo que quisiera ser tratado como los demás. Para él, el sionismo es un concepto que pertenece más a la diáspora judía porque los israelíes, de forma general, no son sionistas. “Es el judaísmo secular el que se encarga de la limpieza étnica y no el judaísmo religioso. Los judíos ultraortodoxos de la Torá están en contra del sionismo y a favor de los palestinos” (N de la T: Se refiere a grupos como Neturei Karta).

Para hablar del judaísmo en esta acepción ideológica, él usa el término judeidad. “No hablo sobre judaísmo o sobre los judíos como etnia, raza o religión”. Judeidad sería algo como una cualidad primordial, transnacional, operada por una red que no tiene un centro geográfico porque, según él, no existen judíos ingleses, franceses, alemanes o estadounidenses y sí judíos que viven en Inglaterra, Francia, Alemania o Estados Unidos. “El judío es siempre un extranjero”.

Atzmon compara Israel con la Alemania nazi. “Ellos transformaron a Dios en agente inmobiliario y la aspiración de Israel no es la de la tierra prometida sino la del planeta prometido”. Eso hace que los sionistas se sientan autorizados por Dios a destruir a sus enemigos. “¿Cómo puede pasar eso en nuestros días sin que el mundo lo sepa?”, pregunta. Y él mismo responde, explicando que los medios políticos y mediáticos están subordinados a los intereses israelíes. Los medios en general, los bancos y la industria del cine, Hollywood, están controlados por judíos tanto en los Estados Unidos como en Inglaterra. “Ellos pueden hacer eso porque controlan la oposición”, explicó: “George Soros apoya las causas de las minorías, ayuda a elegir a Obama, ayuda a los oprimidos, los gais. Toda la oposición a Israel también es financiada por Israel. Así, se determina y limita la oposición”. Para él, los “buenos judíos”, esos que hablan en nombre de los palestinos, por ejemplo, pueden ser aún más peligrosos que los “malos judíos”.

En relación con la representación política, él cita el ejemplo de Inglaterra. En el Parlamento, si los judíos tuvieran una representación proporcional a la de 0,46% de la población (son 280 mil en ese país), ellos tendrían derecho a tres asientos En vez de eso, ocupan 24 posiciones, ocho veces más. Si la representación de los musulmanes tuviera la misma proporción, tendrían que ocupar por lo menos 200 de los 650 asientos de la Cámara de los Comunes. “La historia de los judíos es un mito, está lejos de la realidad, es una invención y ellos logran convencer a los otros de que es verdad porque nadie tiene permiso para hablar sobre eso, ya que los judíos se apropiaron del discurso sobre el  racismo”.

Gilad Atzmon, que nació en Jerusalén y abdicó de la ciudadanía israelí, critica, desde dentro, el etnocentrismo judío. “Tengo la percepción de que mi pueblo vive en una tierra robada”. Es una sensación que él carga desde la juventud, de su experiencia en el ejército, de cuando trabajó como paramédico, en 1982, durante la Guerra del Líbano, cuando vio a su pueblo destruyendo otras personas. Fue un trauma que dejó una enorme cicatriz y lo llevó a la conclusión de que había sido engañado sobre el sionismo. “La oposición binaria judío-nazi es, en sí misma, consecuencia de un adoctrinamiento judeocéntrico”. Concluyó entonces que formaba parte de un Estado colonial cuyo objetivo era el saqueo y la limpieza étnica. “Fuimos adoctrinados para la negación de la causa palestina y no éramos conscientes de eso”.

Su editor en Argentina, Saad Chedid, recordo que la presidenta Cristina Kirchner se solidariza con el pueblo palestino porque compara la situación de las Islas Malvinas con la de los territorios ocupados por Israel. “Se trata del mismo tipo de colonización”. La presentación del autor fue hecha por la periodista Telma Luzzani, especialista en política internacional y autora de Territorios vigilados (Random House), en que muestra cómo operan las bases militares norteamericanas en América del Sur. Telma Luzzani elogio la forma cómo el autor relaciona referencias tan eclécticas como Freud, Lacan, los hermanos Cohen y Milton Friedman en su tentativa de desvendar la identidad judía. “Existe una rigurosa ignorancia del genocidio que ocurre en Gaza y Atzmon, además de escribir, usa la música – el autor es un saxofonista famoso – como instrumento para la divulgación de este drama”.

El autor presenta una película autobiográfica este jueves, Gilad, y el lunes 8 de abril conversa con profesores y estudiantes en el Centro Cultural Borges. Finalmente, el miércoles (10 de abril) da una conferencia en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.

Traducción: América Latina Palabra Viva.

Fotos: Dagoberto Bordin.

Simón, el idiota

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Por Julio Rudman.

Llegó de Odessa, consciente de que si se quedaba iba a ser convocado a las filas del ejército zarista como carne de cañón en la guerra ruso-japonesa de 1905.. Era analfabeto, ortodoxo en religión y un buen tipo. Se sumó al paisaje del sur de nuestro continente. Formó familia con Rebeca, su mujer, y Teresa y Moisés, sus dos primeros frutos americanos (años después se sumaría Hilda, la menor).
Vendía ropa, casa por casa, como la tradición marca en los inmigrantes judíos. Eso si, todos los días, al caer el sol, era cita obligada su presencia y sus plegarias en la sinagoga.
En noviembre de 1917 se enteró de que el nuevo gobierno de los soviets había decidido darle carácter de delito al antisemitismo, en una de sus primeras medidas políticas. Simón, que venía de sufrir pogromos y humillaciones varias, le pidió a su Dios que velara por la salud y el bienestar eternos de sus nuevos gobernantes, allá en la vieja Rusia, ahora comunista.
Sus amigos lo esperaron a la salida del templo para preguntarle, con el asombro pintado en sus rostros:
-¿Sabés lo que hiciste, Simón?
-Si, claro. Es la primera vez en la vida que en vez de perseguirnos, nos cuidan.
-¡Pero son comunistas!
-No sé lo que es eso.
En ese momento nació Simón, el idiota. Lo empezaron a llamar así, se burlaban en cada atardecer a la entrada y a la salida de sus obligaciones religiosas.
Simón, el idiota, se dijo que para comprender, tenía que saber. Se puso a estudiar el idioma de la patria adoptiva. Completó sus estudios primarios. Terminó la enseñanza secundaria. Y entendió. Se hizo ateo militante y comunista inorgánico. Fue un humanista hecho por su propia voluntad y por su amor a los otros.
Simón, el idiota, estaría hoy clamando, mejor aún, reclamando contra el Estado que bombardea escuelas, hospitales e instituciones internacionales de ayuda humanitaria, en Gaza.
Simón, el idiota, fue mi abuelo.
tora

Obama, gracias por apoyar nuestro Estado de apartheid

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Otros Judíos en Israel les agradecen al presidente  y a los contribuyentes de Estados Unidos el apoyo al Estado sionista. PORQUE JUDAÍSMO Y SIONISMO NO SON SINÓNIMOS…

Ellos tienen piedras (stones), nosotros tenemos drones.

Presidente Obama, gracias por apoyar nuestro Estado de Apartheid. Y gracias especiales al pueblo estadounidense por donar más de 230 mil  millones de dólares a través de los años en impuestos, lo que permite nuestra superioridad militar judía en Tierra Santa. Sí, ¡podemos vivir sin usted!

A jornalista Elaine Tavares entrevista uma das coordenadoras do blog Os Outros Judeus

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Entrevista de Elaine Tavares com uma das coordenadoras do blog, Tali Feld Gleiser, realizada para a Rádio Campeche de Florianópolis, Brasil, no sábado 2 de março.

Palestina sigue siendo la cuestión – John Pilger

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Documental de John Pilger que retrata la vida de sufrimiento y humillación del pueblo palestino en los territorios ilegalmente ocupados por las fuerzas militares del estado sionista de Israel. Al final, John Pilger se hace la pregunta que poco antes había hecho el gran arzobispo antiapartheid Desmond Tutu: «¿Habran olvidado los judíos de Israel en tan poco tiempo el sufrimiento, la humillación y muertes que sus antepasados padecieron hace tan solo dos generaciones? ¿Por qué ahora practican ellos contra el humilde pueblo palestino atrocidades similares a las sufridas por sus antepasados en manos de los nazis?» Buenas preguntas, pero que todavía siguen sin respuestas.

Subtítulos y texto de presentación: Jair de Souza.

Nota de la Redacción: En el documental aparece un asentamiento judío en Gaza, Kfar Darom, que fue desmantelado en 2005, como parte del plan de retirada de Gaza aplicado por el exprimer ministro Ariel Sharon (responsable por las masacres de Sabra y Chatila en 1982 y está en coma hace seis años). A pesar de que los asentamientos ilegales israelíes fueron desmantelados, el Estado sionista sigue con su opresión a la población palestina, bombardeos, etc., como muestra el video.